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Una madre diagnosticada con dos tipos de cáncer en un seno comparte su historia: "Estoy agradecida de haber escuchado a mi cuerpo"

Morgen Chesonis-Gonzalez se sorprendió al recibir un diagnóstico muy poco frecuente y ahora aboga por que otras personas se realicen exámenes tempranos

Simon 04-10-2024 / 12:59:31


En junio de 2020, Morgen, que tenía 47 años en ese momento, decidió posponer su mamografía anual. Siempre había tenido resultados normales en las anteriores, pero un mes después comenzó a sentir un dolor persistente y notó un bulto del tamaño de una pelota de tenis debajo de la axila. Reprogramó su mamografía para julio, y en agosto recibió la noticia de que tenía dos tipos de cáncer de mama en su seno derecho.


“Fue una sorpresa”, comenta su oncóloga, la Dra. Starr Mautner, del Miami Cancer Institute. “Es algo muy poco común”. Aunque el diagnóstico de dos tipos de cáncer es raro, sus médicos le aseguraron que no era inaudito, lo que la tranquilizó.


Ahora, Chesonis-Gonzalez quiere compartir su experiencia para que otros en situaciones similares se sientan menos solos y para motivar a las personas a programar sus evaluaciones con anticipación. “Estoy agradecida de haber escuchado a mi cuerpo y de haber tenido el valor de hacer las citas”, dice. “Si hubiera esperado un año, habría sido catastrófico. Podría haber sido mucho peor”.


Fue oficialmente diagnosticada el 20 de agosto de 2020, con un tumor triple negativo, muy agresivo, y otro tumor más pequeño y estrógeno-positivo, que solo fue detectado mediante una resonancia magnética. La Dra. Mautner se enfocó en el tumor más agresivo, y a partir de septiembre de 2020, Chesonis-Gonzalez inició seis meses de una quimioterapia intensa, conocida como “el diablo rojo”.


“Es un tratamiento muy duro”, reconoce la Dra. Mautner. Sin embargo, fue efectivo y redujo el tumor. Aunque el cáncer estaba presente solo en un seno, Chesonis-Gonzalez decidió someterse a una mastectomía doble el 10 de febrero de 2021 para su tranquilidad. “Escribí una carta de despedida a mis pechos, agradeciéndoles por cuidar de mis hijos, pero ahora estaban tratando de matarme, así que había que poner fin a eso”.


Después de la cirugía, necesitó dos meses de fisioterapia para poder levantar los brazos y someterse a 28 sesiones de radiación diarias. Su cuerpo tardó seis meses en recuperarse de las cicatrices y el daño por la radiación, antes de poder someterse a una cirugía de reconstrucción mamaria.


El tratamiento fue agotador tanto física como mentalmente. Para enfrentar los días difíciles, se recordaba: “Quiero ver a mis nietos. Quiero conocerlos. Eso es lo que deseo”. Sus hijos, que tenían 13 y 11 años cuando fue diagnosticada, también pasaron por momentos complicados. “Sufrieron mucho”, reconoce. “El cáncer de mama es horrible en cualquier momento, pero durante la pandemia, no podían salir. Estábamos en confinamiento, y no tenían otro lugar a donde ir excepto para verme atravesar esto”.


En agosto, celebró su cuarto aniversario sin cáncer. Su médico le asegura que su pronóstico es excelente.


Actualmente toma medicación diaria para prevenir una recaída, practica la atención plena, medita, y junto a su esposo sale a caminar a las 5:30 a.m. antes de ir a trabajar. Ha reducido el consumo de carne roja y ahora consume más frutas y verduras. Además, se unió a un equipo de remo llamado SOS Save our Sisters, formado por otras sobrevivientes de cáncer de mama, todas con experiencias similares.



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